Francisco Joaquín Muñoz

(1790-1851)

Francisco Joaquín Muñoz según la Revista Histórica del M.H.N., Tomo VII, No. 21, pág. 824 .

Fue integrante de la segunda generación del patriciado uruguayo: con 20 años en 1811, 35 años cuando la Cruzada de los Treinta y Tres Orientales, y con poco más de 50  cuando la Guerra Grande; tuvo larga actuación política y fue cabeza de una familia que siguió dando importantes personajes a la vida política y social del Uruguay: de su estirpe  provienen importantes familias patricias rioplatenses, entre ellas  Muñoz Herrera, Muñoz Triaca, Cantilo Muñoz[1], y destacadas personalidades uruguayas, entre otras, Eugenio Petit Muñoz, “China” Zorrilla,…

Francisco Joaquín Muñoz nació en Montevideo en 1790: “En veinte y dos de agosto de mil setecientos y noventa yo Dn. Manuel José Ortiz cura y vicario desta ciudad de Mont°. bauticé solemte. a Franco.. Joaquín Sinforiano que nació ayer hijo legítimo del Dr. Dn. Franco. de los Ángeles Muñoz, natural desta y de Da. Ana Quirós y Ruiz de Bos. Aires. Abuelos patnos. Dn. Bruno Muñoz y Da. Agustina de Almeyda, matnos. Dn. Ramón Quirós y Da. Isidora Ruiz. Padrinos Dn. Rafael Guerra, Capitán del Regto. de Buenos Aires y Da. Juana Muñoz a quienes advertí la cognación espl. y oblignes. que contrajeron siendo testigo Dn. Agustín Donnel y por verdad lo firmé” [2]. Fue el mayor de los varones del matrimonio formado por Francisco de los Ángeles Muñoz y Ana Isabel Quirós.  Su madrina bautismal fue su tía carnal Juana, su esposo Rafael Guerra el padrino.

Estudió en Buenos Aires, donde adhirió a los principios de la Revolución de Mayo y desempeñó el cargo de Regidor en el Cabildo. En 1814 se radicó en Montevideo. En 1816 se inicia la invasión portuguesa a la Banda Oriental, y en enero de 1817 las tropas comandadas por Carlos Federico Lecor entran a Montevideo, abandonada por el ejército oriental. Es Francisco Joaquín Muñoz uno de los integrantes del patriciado oriental que coopera con el invasor, en aras de la pacificación del país.  Es así que, en el mismo enero de 1817, es nombrado Regidor Juez de Policía de Montevideo por el gobernador Lecor en su intento de “consolidar un grupo local  que se aviniera al nuevo poder y colaborara activamente con él» [3], quien en 1818 se convierte en su concuñado al casarse con Rosa María Josefa de Herrera y Basavilbaso.

En 26 de diciembre de 1819, el Cabildo de Montevideo lo nombra en una Comisión  cuyo objeto fue recorrer los pueblos para negociar su incorporación al dominio portugués [4]. Cumpliendo su cometido, dicha Comisión consigue la sumisión al invasor de importantes oficiales y soldados artiguistas: con la promesa de conservar la organización que tenían, toda la división de Canelones fue incorporada al ejército portugués; solicita a Fructuoso Rivera el reconocimiento de la autoridad del Cabildo y de las autoridades portuguesas[5], a lo que éste accede; en 1820 consigue la adhesión al Reino de Portugal de los Cabildos de Maldonado y San José. La labor de esta comisión mereció hasta un cielito anónimo:

“La vez pasada anduvieron

Por estos campos de Dios

Gritando paz y sosiego

Don Lorenzo y don Muñoz”[6].

A pesar de su adhesión inicial, don Francisco Joaquín Muñoz fue, en ese mismo año de 1820, separado del Cabildo montevideano, por protestar ante el incumplimiento por parte de Lecor del acuerdo de incorporación de los cabildos del interior.

Distanciado ahora políticamente del gobierno luso brasilero, fue miembro, junto con Juan Antonio Lavalleja y Manuel Oribe entre otros, de la logia secreta “Los Caballeros Orientales”, que bregó por la liberación del invasor. Contribuyó financieramente, junto con otros estancieros orientales y porteños, a la Cruzada Libertadora de 1825: diez mil pesos fuertes aportó Francisco Joaquín de su bolsillo.

En 1825, ya iniciada la Cruzada Libertadora, residiendo en su estancia de Aiguá, se pone a las órdenes de Juan Antonio Lavalleja: “A don Juan Antonio Lavalleja, Minas, 28 de mayo de 1825. Amigo y señor mío: hoy se han acabado los trabajos en este distrito y saldrá de mañana a pasado el escuadrón con más de 120 plazas marcharemos inmediatamente para Maldonado” [7]. Es electo miembro del Gobierno Provisorio instalado el 14 de junio en la Villa de la Florida. Debiendo éste enviar delegados a Buenos Aires, en busca de los recursos necesarios para proseguir la lucha libertadora, la elección recae sobre Loreto Gomensoro y Francisco Joaquín Muñoz. Su misión, además, era convencer a las provincias de allende el Uruguay y el Plata que ayudaran militarmente en la guerra contra Brasil. Fue electo diputado a la Asamblea Nacional Constituyente en 1828, y Ministro de Hacienda al año siguiente.

Durante el primer gobierno constitucional ejercido por Fructuoso Rivera, acompaña la revolución de Lavalleja de 1832; al fracasar ésta, emigra a Buenos Aíres.. Retorna a Montevideo, cumple funciones de Ministro en el gobierno de Rivera y en el subsiguiente gobierno de Manuel Oribe. Profundamente anti rosista, fue oribista, hasta que éste, despojado de la Presidencia por la insurrección triunfante de Rivera, se alía con Rosas. Es nombrado, en enero de 1843, Ministro de Hacienda, cargo que mantiene durante el Sitio Grande de Montevideo y hasta julio de ese año, en que, enfermo, abrumado por el dolor producido por la pérdida de un hijo y los sinsabores de su ministerio, renuncia. En mayo del año siguiente es nombrado Consejero privado del Gobierno de Montevideo, por el Presidente don Joaquín Suárez.

 En el censo montevideano de 1841, figura como propietario de una chacra, con dos esclavos dedicados a la labranza[8]. En el censo de febrero de 1843 figura con su esposa Cipriana Herrera, hijos y esclavos, residiendo en la calle de San Telmo de intramuros[9] y unos meses más tarde en la calle 25 de agosto Nos. 185, 187, 189 y 195. En el relevamiento censal practicado en el Montevideo en 1850, está residiendo con su familia en la calle Sarandí No. 105 [10], donde, sobre el fin de la Guerra Grande, fallece en 1851 [11]. Como muchos integrantes del patriciado, durante la Guerra Grande fue exigido financieramente más allá de lo tolerable, y  falleció de escasos recursos. Al enterarse de su muerte, el general Melchor Pacheco y Obes, anterior Ministro de Guerra de Fructuoso Rivera, desterrado en París donde se encontraba, escribió una sentida biografía [12].

Contrajo matrimonio en Buenos Aires en 1813 con la porteña Cipriana Justina Mercedes Josefa María de los Dolores de Herrera y Basavilbaso: “ En nueve de agosto de mil ochocos. y trece: con licencia del Sor. Provor. Dor. Dn. Diego Estanislao de Zabaleta el presbítero Dn. Antonio de Herrera desposó por palabras de presente qe. hacen verdadero y legítimo matrimonio segn. forma de Na. M. Iga. a Dn. Francisco Joaqn. Muñoz natural de la ciudad de Montevideo e hijo legítimo de Dn. Franco. de los Ángeles Muñoz y Da. Ana Quirós con Da. Cipriana de Herrera natural de esta capital e hija legítima de Dn. Luis de Herrera y de Da. Gervasia de Basavilbaso; habiéndose corrido anteriormte. una sola proclama, dispensadas las otras dos por el referido Sor. Provisor sin qe. de la lectura de aquella hubiese resultado impedimento alguno: instruidos en la Doctrina Cristiana, oídos y entendidos sus mutuos consentimientosde qe. fueron por dicho presbítero reciprocamente preguntados: siendo testigos Dn. José Ramón y D. Gervasia de Basavilbaso y por verdad lo firmo”[13], con quien constituyó un importante hogar patricio montevideano. Su esposa es ensalzada por Melchor Pacheco y Obes en la biografía mencionada: “quien la conozca, se explica que la familia de Francisco Joaquín Muñoz haya sido un foco de hombres notables.”[14].

BIBLIOGRAFÍA:

APOLANT, Juan Alejandro: “Génesis de la familia uruguaya”, 2da. Edición ampliada, imprenta Vinaak, Montevideo, 1975.

Comisión Nacional Archivo Artigas. “Archivo Artigas”. Tomo XXXVI, Talleres Gráficos TARMA, Montevideo, 2006.

Estado Mayor del Ejército, Boletín Histórico, No. 136/139.

PACHECO Y OBES, Melchor: “Notice biographique sur M. Francisco Joachim Muñoz”, Imprimerie de Madame de Lacombe, París, 1851.

PIVEL DEVOTO, Juan E.: “El Congreso Cisplatino (1821)” en Revista del Instituto Histórico y Geográfico del Uruguay, tomo XII, año 1936.

REAL DE AZÚA, Carlos: “El patriciado uruguayo”, ed. ASI, Montevideo, 1961.

RIBEIRO, Ana: “Los tiempos de Artigas, la resistencia y la derrota”, editorial Planeta S.A., Montevideo, 2009.

                                                                                  Carlos Alberto Asuaga Requena


[1] REAL DE AZÚA, Carlos: “El patriciado uruguayo”, ed. ASI, Montevideo, 1961, pág. 134.

[2] Uy, Matriz, Lo. 5 de Bautismos, Fo. 369v.

[3] RIBEIRO, Ana: “Los tiempos de Artigas, la resistencia y la derrota”, 2009, editorial Planeta S.A., Montevideo, pág. 124.

[4] Uy, M.E.C., Archivo Artigas, Tomo XXXVI, Talleres Gráficos TARMA, 2006, Montevideo, pág. 235.

[5]  Ibídem, página 288.

[6] PIVEL DEVOTO, Juan E.: “El Congreso Cisplatino (1821)” en Revista del Instituto Histórico y Geográfico del Uruguay, tomo XII, año 1936, pág. 112.

[7] Uy, Boletín Histórico del Estado Mayor del Ejército, No. 136/139, pág. CIII.

[8] Uy, AGN, ex AGA, libro 255.

[9] Ibídem, libro 107.

[10] Ibídem, Lo. 264. Censo de marzo de 1850.

[11] Uy, San Francisco, Lo. 2 de Difuntos, Fo.8.

[12] PACHECO Y OBES, Melchor: “ Notice biographique sur M. Francisco Joachim Muñoz”, Imprimerie de Madame de Lacombe, París, 1851.

[13] Ar, Merced, Lo. 9 de Matrimonios, Fo. 113.

[14] Uy, M.H.N., Revista Histórica, Tomo VII, No. 21, pág. 824.