(1923-2020)
María Díaz de Guerra -conocida como Maruja- fue investigadora en historia, profesora y poeta. Nació en Montevideo, pero desde la adolescencia vivió en Maldonado donde se abocó al estudio de la historia regional siguiendo una fuerte doble vocación; por un lado la de escribir, y por otro la de la Historia, materia de la fue profesora efectiva en Educación Secundaria, y en la que trabajó como investigadora durante más de cuarenta años.
Maruja fue la segunda hija del matrimonio de Juan Celestino Díaz González, natural de Galicia, provincia de Lugo, Ayuntamiento del Incio, y de Amelia Preziosi Rolla.
Juan Celestino había nacido en el seno de una familia de labradores, en la Galicia pobre de fines del siglo XIX. No formaba parte, sin embargo, de esa imagen repetida hasta el cansancio -y bastante injusta- del emigrante gallego.
Su padre -Juan Díaz Mendoza- había cursado la carrera sacerdotal en el seminario de Lugo, y el hermano de este era farmacéutico. Casado con Dolores González Domínguez, este matrimonio tuvo once hijos.
El hermano mayor de Celestino -Manolo Díaz- era médico formado en Santiago de Compostela, en las mismas aulas que Alfonso Castelao. Este médico tuvo una actuación destacada. Otros hermanos suyos -José y María- fueron maestros, e Isidoro, sacerdote.
El capital cultural de Celestino, no despreciable, lo llevó al estudio autodidacta de las plantas y sus propiedades medicinales. Lector voraz y apasionado, entre varios de sus emprendimientos tuvo, en el Montevideo de los primeros años 30´, una librería.
Por su parte, Amelia Rolla, era hija de Modestino Agustín Presiosi Nebolla y de Fidela Angela Rolla, él italiano y ella oriental. Amelia era modista de oficio, que así se llamaba entonces a las personas que hacían sombreros.
El matrimonio de Juan Celestino y Amelia tuvo cuatro hijos, todos ellos nacidos en Montevideo: Ángela Fidela, 22 de abril de 1919; María Amelia, 17 de julio de 1923; Ema Dolores, 15 de julio de 1926; y Juan Modestino, 16 de julio de 1929.
María Amelia nació a los pocos días que un temporal “el peor que recuerda la historia” al decir de la prensa en esos días, arrasó con gran parte de la rambla y el “Bajo” en el feroz invierno del 23.
De niña, pensaba que sería dibujante y se fascinaba por la música, que escuchaba con unción en una flamante vitrola que su padre había comprado. La familia se muda a Maldonado. Para los jóvenes hijos es un cambio muy grande. De la pujante ciudad de Montevideo de los años 30 (se mudan en el 35) a un Maldonado en esos años deprimido y como abandonado en el tiempo, el contraste es tremendo. En unos pocos años ella se irá a Montevideo -como sus hermanas- a estudiar magisterio. Su verdadero interés estaba en el arte. Vive -esos años de formación- con sus abuelos maternos, donde le ceden y acondicionan un altillo. Asiste a clases en la recién fundada Facultad de Humanidades. Apenas recibida de maestra concursa y gana el primer puesto efectiva y elige irse a Aiguá, donde permanece unos años y construye una casa. Continúa estudiando historia presentándose a concurso en Enseñanza Secundaria, que gana con muy buena puntuación.
Empieza a ejercer la docencia en secundaria tempranamente. En el año 1951 gana una beca que otorgaba el Instituto de Estudios Hispánicos, con la que se va a estudiar a España durante un año a la Universidad complutense de Madrid. De allí visita a la familia de su padre en Galicia, donde permanece unos meses. Esa experiencia con la familia paterna la acompañará toda su vida. Viaja por Italia y por Francia.
En 1955 se casa con Braulio Guerra, profesor de Ciencias Naturales. En 1960 gana una Beca para estudiar Historia en el Cañón del Colorado, pero desiste al saber que estaba embarazada de la que sería su única hija.
En el correr de la década del 60 empieza a trabajar cada vez con más firmeza en el estudio de la historia regional, asistiendo a archivos departamentales del Juzgado Letrado, los Archivos parroquiales de Maldonado y San Carlos, la Inspección de Escuelas y la Jefatura de Policía. En la Biblioteca Nacional releva la prensa departamental. Trabaja con intermitencias en el Archivo General de la Nación de Buenos Aires. Asiste a la Facultad de Humanidades. El profesor Diógenes Di Giorgi la invita a formar parte de un seminario en la Facultad de Humanidades “Los orígenes del socialismo en el Uruguay”. Investiga en el Archivo de Indias de Sevilla, en España.
Como escritora, básicamente cultivó la poesía editando tres libros Poemas del tiempo, 1960; Desde antes de la infancia, 1962; ambos publicados por la Editorial Aquí poesía, y, muchos años después -instigada por su amiga Idea Vilariño- Poesía en 1983, en la Editorial Eco. Poemas suyos aparecieron en Marcha, Época, El popular y La Mañana.
También escribió cuentos, incluidos en diversas publicaciones, los que no reunió en libro. Uno de sus cuentos fue premiado en el prestigioso concurso organizado por General Electric y editado en el Anuario del Cuento Rioplatense en 1967.
Llega a nosotros tanto por su profuso y detallado trabajo como investigadora en el área de historia regional, como por su posicionamiento ante su objeto de estudio. Antes de que la historia de la vida privada cobrara la relevancia que tiene hoy en día, Maruja buscó y trató de encontrar claves para la comprensión del pasado en seres anónimos, la mayoría de ellos olvidados, en las mujeres- tan difíciles de relevar porque tantas veces apenas si figuran en los registros- en las personas esclavizadas. Es así que su obra indaga sobre estas vidas, trayendo a la luz episodios o nombres con una nueva óptica.
En los años 60’ también, con un conjunto de entusiastas colaboradores, funda La ballena de papel, que fue una revista de Maldonado -salió entre 1968 y 1972- cuya intención era “dar a conocer el Departamento de Maldonado en su doble realidad de ayer y de hoy, mostrándolo en sus posibilidades, sus carencias, sus problemas, y tenemos la esperanza de llegar, con la misma intención de búsqueda y de acercamiento a otros departamentos del interior que sabemos, luchan como nosotros debatiéndose entre innumerables obstáculos de los cuales uno de los mayores o el fundamental es el aislamiento. (….) Para una comprensión total de la hora presente y para una proyección de futuro es necesario partir del conocimiento cabal de nuestro medio”. Ese objetivo de focalizarse en los problemas locales, de pensarse desde el lugar que se habita, poniendo foco en las historias particulares y comunes de los habitantes del lugar fue el eje desde el cual vertebró su trabajo.
Autora de una serie de libros sobre variados aspectos de la historia local; “Diccionario biográfico de la ciudad de Maldonado. 1755-1900” (Montevideo,1974); “Documentación relativa a esclavos en el Departamento de Maldonado. Siglos XVIII y XIX” (Montevideo, 1983); “Historia del Periodismo en Maldonado, 1873-1973” (Montevideo, 1984); “Historia de Maldonado” dos tomos, (Intendencia Municipal de Maldonado, 1988). 2º Premio de Ensayo Intendencia Municipal de Montevideo. “Historia de la atención de la salud en Maldonado, 1775-1991” en co autoría con el Dr. Carlos Eduardo Chabot, (Montevideo, 1992) Premio de la Cátedra Historia de la Medicina; “El Centro Paz y Unión entre dos siglos 1884-1994” (Maldonado, 1994 ); “Toponimia del departamento de Maldonado y su vinculación con acontecimientos históricos” (Intendencia Municipal de Maldonado, 1999); “La Real Compañía Marítima”, El Galeón Ediciones; Montevideo, 2003 “Las ocho manzanas alrededor de la Plaza”, Maldonado; 2005; José Ignacio, la apertura del camino.
También es autora de varios folletos como: “Índice cronológico de la prensa periódica del departamento de Maldonado” (1972); “Maldonado crea su primera Biblioteca Pública- año 1879” (1990), ambos editados en Maldonado.
Colaboró de manera asidua en la prensa departamental publicando series de notas sobre temas históricos en el diario “Punta del Este”, “La Democracia” de San Carlos y diario “Península”.
Fue la autora del suplemento “Historia” dedicado por el periódico “Realidad Semanal” en 1999 ante el advenimiento del nuevo milenio.
Desde 1984 hasta su muerte formó parte del Instituto de Estudios Genealógicos del Uruguay y del Instituto Histórico y Geográfico de Soriano.
Sus trabajos han sido publicados en varias revistas especializadas: “Hoy es historia”, “Revista del Instituto de Estudios Genealógicos del Uruguay”, y “Letras”, de Pan de Azúcar, entre otras.
Fue la creadora, fundadora y presidenta honoraria del Centro de Documentación Departamental de Maldonado, en el cual trabajó para su fundación desde la década del `80 hasta su renuncia en el año 2006, al que dedicó todo su esfuerzo y gran parte de su vida, considerándolo vital para el conocimiento del pasado regional y como repositorio para el crecimiento futuro de su población.
Bibliografía
Instituto María Díaz de Guerra
DÍAZ GÓMEZ, José Luis, “Siembra y Memoria, Muerte y evocación de un médico republicano”, México, Fondo de Cultura Económica, 2010
TZONTEMOC, Pedro, “Identidade no laberinto da memoria”, México, Conaculta, Fonca, 2014
Silvia Guerra